La ponderable actividad de la ONU con los archivos del Holocausto debe ser actualizada con los constantes datos del tradicional genocidio del Estado colonial Israelí para con los palestinos, y la miserable represión de la UE atacando salvajemente a los refugiados que huyen desesperados con sus familias de las guerras del Medio Oriente, o los que mueren en las pateras,condenando de paso la política social y monetaria del Cuarto Reich aplicada a los países del sur, utilizando gauleiters genocidas al estilo Rajoy, al modo nazi.
La amplitud del genocidio actual se extiende a América Latina aplicando la misma modalidad en Argentina, México, Brasil, Colombia Honduras y Paraguay, que ahora encarna desde el corazón del Imperio el asesino Trump con el mundo latino en su frontera sur, y los emigrados musulmanes.Para la ONU, repleta de lobbistas, es más cómodo que denunciar gobiernos que incumplen en los cuatro continentes la ya añeja DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS. Con esto bastaría. Pero le dan la espalda al espinoso asunto.Condenar a los nazis y su política de exterminio parece más cómodo que enfrentar lo que hacen sus corruptos y neoliberales discípulos.
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