EL HOLOCAUSTO AVANZA

Merced al capitalismo global y su fase neoliberal, avanzamos camino a una sociedad donde la Superclase empuja a las grandes mayorías hacia la esclavitud por la vía de la precariedad laboral, y el despojo absoluto de derechos sociales y asistenciales. La gravedad del cuadro expuesto en estos días, visible en la UE y los EEUU, amenaza con eternizarse, de no rebelarnos contra un sistema, que contiene nuevas fuerzas productivas a costa de explotar más y peor.Los sistemas opresivos del comunismo, nazismo y fascismo, basados en la sed inhumana de poder y dominación, han renovado estrategias, desarrollando modernos sistemas coercitivos livianamente democráticos, basados en el sufragio, privilegiando sectores funcionariales de las antiguas clases medias que a ellos se asocian, fingiendo ignorar la creciente miseria social de los más rezagados. Las experiencias piloto llevadas a cabo en tiempo récord desde países como España y Grecia, se conjugan con las habidas en EEUU, México, Argentina y Brasil, observando en las entrañas del Imperio alemán, dominante hoy en el continente europeo, la misma tendencia asocial. Las minorías ganan cada vez más, en detrimento del resto, con sindicatos a la baja y un imperio absoluto de las grandes fortunas y sus paraísos fiscales, con derechos menguantes para los asalariados, junto a privilegios políticos y congresuales para los representantes de sus intereses, formados al amparo de los viejos partidos políticos, verdaderas usinas de corrupción, arribismo y demagogia. El diseño alcanza a los países fallidos y geopolíticamente destrozados por guerras, invasiones, o dictaduras crueles y sanguinarias, como Siria o Irak, convertidas en fábricas de refugiados hambrientos, vigiladas de cerca por el gendarme colonial israelí y el armamento de la OTAN. El pretexto del odio religioso se emplea contra el Yihadismo, otra creación de los potentes emiratos árabes, destinada a concentrar respaldos a las respectivas Superclases y su política de chantaje y holocausto universal, no totalmente homogenizado. La ruta hacia nuevos conflictos por el dominio mundial permanece abierta, sin que las grandes mayorías hayan conseguido articular la resistencia necesaria a la potente ofensiva del capital.La pesadilla recién comienza. El desembarco de Donald Trump y sus locas amenazas a China lo proyectan. Cuanto más permanezca entre nosotros este fenómeno regresivo, el dolor y la desesperanza lastrarán el camino al futuro, sembrando muerte, dolor y enormes tragedias colectivas en el presente.