


Un filo independiente de tirios, troyanos, felones y perdularios.
Los efectos más patentes de la perversa globalización se resumen en este contraste abrumador. El empleador de Felipe González (Rupert Murdoch lo es de José María Aznar) luce en la foto una media sonrisa. Sus teóricos compatriotas tienen menos motivos de felicidad. La inmensa mayoría malvive en un narcoestado puesto al servicio de los consumidores del Norte. La inmensa fortuna de $lim -equivalente al 8% del PBI azteca, y por ahora inobjetable desde el punto de vista legal- es una prueba más del grotesco alcance que la desigualdad social llegó a alcanzar en el siglo XXI. El ejemplo es la punta de un ovillo enmadejado por la codicia, el afán de poder y las franquicias que el sistema ha otorgado a sus mayores beneficiarios. La presente crisis económica mundial abreva en esas aguas procelosas que, pese a los gritos en el Cielo de muchos gobiernos occidentales y estadistas prominentes, sigue estancada en muchas tierras.
Arriba: El Estado Peronista a punto de sucumbir la fatídica tarde gris de agosto del ´55, con el tronante Líder a punto de lanzar al vacío el "Cinco por uno", precipitando la llamada Revolución Libertadora.
Abajo: La presidenta actual del estado democrático en instantes críticos, sin amenazas pero con idéntico talante numantino, heredado del viejo populismo.
Los acontecimientos se precipitan sin catastrofismo alguno esta vez. Acorralados por señalamientos y restricciones dimanadas de la Corte Suprema y algunos jueces, reforzando la potestad del Poder Legislativo, los arrogantes señores Kirchner intentan acorazarse respaldándose en los "gordos" sindicales, la menguada tropa de fieles que les queda y alguna medida reparadora, cómo la de una nueva regulación progresista del trabajo doméstico y su vasto ejército femenino, sin las garantías desde 1956 que el previo Estado Peronista les brindó.
En medio de las peleas que desarrolla en casi todos los frentes, el matrimonio de poder pierde uno tras otro los papeles que acreditan el buen diálogo de partes. El último dislate atacando a la Corte por salir al cruce, defendiendo la independencia del Poder Judicial ante el Ejecutivo, fue respondido por Carlos Fayt calificando de "tonterías" las catilinarias presidenciales.
"En la Argentina de estos momentos" -agregó- "el conflicto domina la inteligencia. Es entonces necesario entonces poner una cuota de inteligencia para dominar el conflicto".
Lo que Fayt no aclaró es de qué lado está la inteligencia. A esta altura del partido es difícil saberlo. Sin embargo, es posible determinar dónde no hay rastro alguno.
Las pruebas al canto llegan desde la reunión que Cristina Fernández mantuvo con los miembros de la GCT y los sindicatos medianamente opositores. En la misma sostuvo, entre otros asuntos cuya secreta razón (aka, el uso de reservas para pagar la deuda, y la "pavura" al juicio político) reserva su conturbado ánimo;
"Hay que dejar de relacionar los salarios con la inflación...".
No se refería al abultado vientre de los asistentes, sobre alimentados por el privilegio mientras el hambre acosa al 30% de los argentinos.
En boca de cualquier político contemporáneo con ciertas nociones de economía la frase sonaría estrafalaria. Juan Perón la aplicó a rajatabla tras la crisis económica de 1952. Eran otras épocas, en las que controlar los precios subvencionando muchos era posible; al menos en apariencia.
Éstas de globalización pintan bastos en materia de espejismos. Sobre todo cuando la paranoia toma posesión de quien no respeta el cargo que ocupa, por más decisivo que sea de cara al presente y el futuro de la Nación...
En la columna y por orden de aparición. 1) Una sentida imagen rescatada para la memoria que habla por sí sola. La Dama del primer Perón permanecerá cómo símbolo en adelante. 2) La segunda Dama del difunto Líder junto al mucamo asesino en sus breves jornadas de poder. 3) Cristina Fernández, Dama de otro Líder clientelar y fugaz, sentenciada por la escasez de votos y el acoso de los dos restantes poderes.
El mal fario persigue al peronismo en el poder. A Evita la devoró un cáncer que fue desarrollándose a medida que el marido encontraba serias dificultades para mantener en pié el andamiaje justicialista. El fallido golpe del General Menéndez fue la piedra de toque señalando un creciente descontento en las FFAA. El deceso de su mano izquierda, precedido por su fallida candidatura vicepresidencial presagiaba un sombrío futuro. Perón fue derrocado tres años después; sin embargo la leyenda de su muerta número dos (la primera era Aurelia Tizón, en 1938) permaneció viva, superando la suya propia.
Tras su retorno, breve, convulso y agravado por la ancianidad, dejó a su Dama póstuma en el poder, con el tenebroso mucamo de "yapa". María Estela Martínez Cartas (aka "Isabelita") daba menos aceite que una piedra. Los militares más salvajes desde la Conquista del Desierto y la represión de las huelgas patagónicas, dieron cuenta de su penoso mandato, rematando a sangre y fuego una era de terror, ya inaugurada por el propio Perón a través de José López Rega y las Tres A.
Desde luego, su pésima gestión de los asuntos de Estado no dejó otra obra ni legado que el del mal recuerdo.
La tercera Dama del tablero de poder en la Argentina es Cristina Fernández de Kirchner. Buen aprendiz de brujo, el marido se valió de su mujer procurando consolidar el poder ganado en la previa gestión. En los tres periodos la corrupción fue un hecho cierto. La "Fundación" de Evita manejaba fondos discrecionalmente sin control oficial alguno. Si bien su obra social fue indiscutible y a su persona no la manchan sombras de sospecha, si se desarrolló en el gobierno del marido; acentuándose tras su prematura muerte.
No era por cierto el peronismo iniciador del entramado. Los gobiernos conservadores -mucho antes, y después del interregno democrático de la UCR con Yrigoyen y Alvear- fueron pródigos en corruptelas. La dictadura populista las prolongó, extendiéndola al campo sindical y empresarial. El Perón del exilio tampoco se cortó, a la hora de cambiar votos por dólares con el dúo Frondizi-Frigerio en 1958. Su forzado retorno en 1973 no era el del ´45. El joven coronel de entonces rezumaba ideales de justicia; el Teniente General, retornado tras 18 años de exilio era un personaje adaptado a los nuevos vientos de la política criolla y la celosa vigilia militar.
El período "Isabelino" ahondó el sendero. Lo que pasó después involucró a unas FFAA deseosas de intervenir barriendo el patio y segando de paso la industria liviana. La nueva dictadura intensificó la corrupción en todas las esferas, incorporando a su rueda dentada muchos altos oficiales, asiosos por enriquecerse negociando y saqueando por doquier desde organismos estatales y comandos.
Una vez derrotadas por su criminalidad e insensatez los tiranos, la democracia de Alfonsín intentó enderezar el manejo de los asuntos públicos; Menem volvió a descalabrarlo gravemente durante los siguientes diez años.
La gestión Frentista de de La Rúa precipitó el desastre, con las secuelas del "Corralito" y la posterior "Pesificación", reduciendo en un tercio los ingresos populares. Desde el 2003 el matrimonio Kircher reequilibró parcialmente el cuadro económico mientras quintuplicaba su ya abultada fortuna.
Con la Dama clientelar en el poder y su consorte arrimándole el ascua, el peronismo continúa la vieja tradición de uso y abuso en la política con fines dinerarios.
Tendrá ovarios la señora para criticar al Imperio del Norte y su nuevo servidor respecto a la política interamericana que profesan la Casa Blanca y el Pantágono; pero carece de virtud en este otro campo. Sus constantes arremetidas contra la oposición y sus jaques congresuales, el azuzamiento permanente de los medios críticos con su gestión y las maniobras tramposas empleadas para echar mano de las divisas enfrentando a las cámaras y a miembros Poder Judicial, apenas le permiten sobrevivir algunos telediarios.
El problema de fondo; lo saben ellos y la mayoría de los ciudadanos, es la naturaleza corrupta en el ejercicio de este doble mandato. Eso está grabado a fuego en el inconsciente colectivo y aunque algunos se llamen a engaño, es irreversible. El permanente ocultamiento de cifras e índices contrastados en muchos apartados, el manejo discrecional de fondos públicos mangoneando jefaturas provinciales o alcaldías, y la arrogancia tribal con la que despacha a sus rivales desde hace siete años remacha el clavo.
Cuando en España los dos últimos gobiernos de Felipe González destilaban corruptelas por todas las costuras, la sucesión del Partido Popular con un joven José María Aznar a la cabeza estaba cantada. El drama austral se hace más complejo por la ausencia de una oposición cohesionada y líderes con el prestigio necesario. Ello prolonga la agonía de este Gobierno, en aprietos económicos por valor de 50.000 millones, y con una credibilidad pública bajo mínimos históricos.
La última movida de la póstuma Dama en el tablero neopopulista, precipita un nuevo jaque mate en el que no intervienen la muerte ni los militares. Esta vez el fracaso es político y tendrá, creo, ulteriores consecuencias penales.
Éso, si el honorable Congreso de la Nación no resuelve antes removerla del cargo, como autoriza en casos extremos la propia Ley Fundamental.