Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 6 de septiembre de 2016

DRAMAS Y COMEDIAS

Me parece temerario calificar a Ciudadanos como una derecha liberal. Su defensa del centralismo es una reacción franquista, autoritaria y antidemocrática, fruto tardío de un régimen exhausto y desesperado. Cuando Pedro Sánchez menciona a “las fuerzas del cambio”, incluye a sus ex socios, con quienes mantiene afinidades retrógradas. Recuerdo a los miembros de la ejecutiva del PSOE extasiarse en las reuniones que llevaron al fracasado pacto con Rivera, el tartamudo Garicano y los miembros patibularios de esta banda falangista, compartiendo sonrisas con esa alma gemela que es Jordi Sevilla, uno de los promotores priorizando el pago de la deuda en la Ley Fundamental. Qué tendrá que ver esa gentuza con catorce millones de pobres y carenciados? Por esa oscura razón también los ignora el dúo Sánchez-Rivera. Deviene patético visionar en la generalizada TV de los teleñecos, las burdas excusas del gordo De Páramo o el mafioso prologado por Pio Moa, justificando la posternación ante Rajoy y este PP infumable, más legado franquista que nunca. Sánchez al fin se abstendrá, o hallará la fórmula adecuada para fingir en vano que no lo hace. Las vidas paralelas de los socialistas y la extrema derecha es digna de Plutarco, en quien Shakespeare se basó para montar sus grandes piezas dramáticas, y también las comedias equívocas. En las actuales, de quien aún nadie escenificó lo suficiente, Rajoy se considera una suerte del Rey Sol en días nublados, tal como refrenda los favores a secuaces tan notorios como el Soriete, tocado por su mortecina luz. La larga ristra de lealtades bien pagas con dinero público son su especialidad. No es el único que perpetra estas cosas. El PSOE acumula muchos paniaguados. Uno de ellos es Sánchez, siempre a punto de perecer sin hacerlo del todo, merced a la decadencia de su formación, tan deformada por el tiempo y la borrasca de malas acciones.

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